EL término Pensamiento Crítico puede resultar siendo una abstracción y hasta tener un carácter tautológico, si no se precisa qué se entiende por tal denominación. Una abstracción que puede convertirse en un mero enunciado, que se repite sin mucho cuidado. Una tautología porque en rigor todo pensamiento que amerite tal nombre debería ser crítico con todo lo existente y consigo mismo. Pero como hoy se han entronizado en el mundo entero un conjunto de banalidades propias de un pensamiento único, un pensamiento sumiso y un pensamiento abyecto, adquiere sentido hablar de pensamiento crítico, no sólo para diferenciarse de estas formas sino para rescatar la esencia de una reflexión que no se quede en la mera contemplación, aceptación o apología de todo lo existente. En ese orden de ideas, y de manera algo esquemática, intentaremos precisar cuáles serían en nuestro sentir y entender las características del pensamiento crítico, que se encarna, por supuesto, en hombres y mujeres de carne y hueso
El artículo presenta un análisis de cuatro propuestas educativas gestadas por movimientos sociales y procesos populares en América Latina. Tomando como referente la sistematización de cada una de estas, se hace una lectura transversal de los sentidos y prácticas más significativos con respecto a algunas dimensiones de su acción educativa, tales como su organicidad e identidad política, sus sujetos educativos, sus influencias pedagógicas, finalidades formativas, contenidos curriculares, metodologías de trabajo, producción de conocimiento y sostenibilidad. Finalmente, se hace un balance reflexivo sobre las tensiones y los desafíos de las prácticas educativas en los movimientos sociales. Palabras clave: movimientos sociales; práctica educativa; educación popular; pensamiento crítico. DESCARGAR