Reseña del libro: ¡La sangre de nuestros mártires jamás será olvidada! Masacre contra la Juventud Comunista de Medellín en 1987 de Harold García Pacanchique

Reseña del libro

¡La sangre de nuestros mártires jamás será olvidada! Masacre contra la Juventud Comunista de Medellín en 1987 de Harold García Pacanchique

Diego Armando Ricaurte Mendoza

Director de la Revista Marxismo & Educación

La investigación del profesor Harold García (2025) sobre la masacre en la casa de la Juventud Comunista Colombiana, ocurrida el 24 de noviembre de 1987 en la ciudad de Medellín, articula la historia y la memoria de este trágico suceso de la organización juvenil del Partido Comunista Colombiano. El objetivo del trabajo está en relacionar el pasado con el presente para ubicar los espacios de memoria colectiva que a través de los años han permitido resistir al olvido y han resignificado la vida de quienes se convirtieron en mártires a manos de las fuerzas estatales y paraestatales. De allí que, este trabajo es significativo para quienes pretendan profundizar sobre la historia reciente de la violencia anticomunista en Colombia, la estigmatización a la izquierda y las organizaciones revolucionarias; pero sobre esto es fundamental porque nos permite pensarnos el "hoy" como construcción colectiva de quienes, con su vida misma, sirven de ejemplo para continuar en la lucha por el socialismo y el comunismo, sin desfallecer, sin claudicar, sin vender los principios.  

Antes de comentar la estructura de la investigación, he de mencionar que el prólogo es escrito por Renan Cantor, quien destaca el trabajo realizado por Harold García en sus elementos teóricos y metodológicos, además; expone la relevancia de esta investigación desde su compromiso ético y político.

Ahora bien, en la introducción se reflexiona sobre la memoria y se plantean los objetivos de la investigación. Posteriormente, se encuentran cuatro capítulos, el primero establece una contextualización de Colombia en la década de 1980 a través del análisis político y social de las conclusiones del XIII Congreso del Partido Comunista Colombiano, las cuáles postulaban, la política de apertura democrática, la combinación de todas las formas de lucha y las orientaciones para las acciones de masas.  Además, aborda la importancia de los Diálogos de la Uribe (1983-1984), el desarrollo de la Unión Patriótica y el genocidio político (1984–1987). 

El segundo capítulo, plantea a la Juventud Comunista Colombiana “como fuerza organizada de la izquierda colombiana” (p.49), expone su desarrollo en medio del genocidio político y en particular, analiza la masacre en la casa de la JUCO en Medellín por medio de la memoria de quienes sobrevivieron. En el tercer capítulo se analiza el archivo del Semanario Voz y las formas en las que se presentó la masacre a nivel nacional e internacional, destacando la figura de José Antequera, Secretario General de la JUCO en esos momentos, por encabezar las denuncias y movilizaciones. El último capítulo concluye exponiendo las acciones de memorización y los efectos de la masacre de la JUCO desde su perpetración hasta el presente.  

Relevancia de la investigación

El primer elemento para destacar del trabajo es la contextualización sobre la Colombia de la década de 1980. El profesor Harold García, ubica en sus reflexiones cómo al mismo tiempo que el movimiento social y político de la izquierda revolucionaria iba en ascenso, las clases dominantes, por medio del Estado y los grupos narco-paramilitares, configuraban un genocidio político a las fuerzas que proponían una alternativa de poder, como en el caso de la violencia contra los y las militantes del Partido Comunista Colombiano, la Unión Patriótica y la Juventud Comunista Colombiana. De allí entonces, esta política de exterminio de las élites en Colombia se configuró en el marco de prácticas anticomunistas, apoyadas de manera internacional bajo la complicidad de Estados como Israel, que, a través de sus espías entrenó y aportó a la política de persecución y estigmatización que conllevó a la desaparición y asesinato de generaciones enteras de militantes de izquierda en el país.

En segundo lugar, destaco la interpretación de la política del PCC en su XIII Congreso, este magno evento, permitió avances importantes para la búsqueda de la paz en Colombia, proponiendo la solución política y negociada al conflicto desde 1980. Por lo cual la apertura democrática ha sido para los y las comunistas en Colombia una bandera de lucha inaplazable. Además, se puede encontrar el surgimiento de la Unión Patriótica como resultado de los diálogos del Gobierno de Belisario Betancourt (1982-1986) con la guerrilla de las FARC-EP; permitiendo establecerse como una fuerza política de convergencia fundamental a partir de 1986. En ella participaban militantes comunistas que padecieron los planes de exterminio por parte del Estado y sus organizaciones paraestatales.

Estos antecedentes, nos llevan a reflexionar que la masacre en la casa de la JUCO el 24 de noviembre de 1987, hace parte de un plan sistemático y avalado por el Estado (por acción u omisión) a partir de una violencia gansteril para eliminar la posibilidad de construir una nueva Colombia. Porque asesinar la juventud es pretender quitar la posibilidad de transformar un país a largo plazo. A pesar de toda la violencia, la juventud sigue y seguirá organizándose por causas nobles y revolucionarias.

En tercer lugar, destaco el ejercicio de memoria con quienes sobrevivieron y la relación de los relatos del pasado con los ejercicios de memoria del presente para negarse rotundamente al olvido. Este es quizás el elemento que más resalto, se trata entonces de la búsqueda por la verdad en la vía de dignificar la vida. Es imposible no conmoverse con este libro, no desde una posición de “derrota” o de “victimización”, sino por lo que significan las luchas de camaradas que dieron su vida por las ideas del socialismo, la democracia, la paz y el comunismo en Colombia. Este libro es una invitación a seguir luchando por un proyecto colectivo a pesar de los golpes internos y externos; es un llamado a reconocer nuestra Historia, pero también a escuchar y recoger las experiencias de quienes le han dedicado su vida a transformar la realidad de este país, memorias que no se encuentran fácilmente en los archivos.


Un documento de obligatorio estudio para seguir resistiendo al olvido

A partir de este trabajo de investigación se podrán destacar muchos otros elementos en términos de la historia y la memoria para la Juventud Comunista Colombiana y el Partido Comunista Colombiano. De tal modo, me atrevo a decir que es un documento que se convierte de estudio obligatorio para toda la militancia comunista. Sumado a ello, yo lo extendería como texto fundamental para reflexionar sobre el movimiento comunista y revolucionario colombiano y Nuestro Americano, porque en él se evidencia la solidaridad de otras organizaciones revolucionarias al momento de la masacre de la JUCO en Medellín. 

¡La sangre de nuestros mártires jamás será olvidada! Orfelina Sánchez, Concepción Bolívar, Luz Marina Ramírez, Irán Suaza, Pedro Sandoval y miles de compañeros, compañeras y camaradas a quienes recordamos y hacemos nuestro su legado. La resistencia al olvido va más allá de las fechas. Es la construcción colectiva de la memoria y la historia en todas las acciones y contribuciones, como lo hace este libro. Por convicciones y porque amamos la vida, los y las comunistas aquí estamos y seguiremos luchando por una nueva Colombia. 

Pereira, 5 de septiembre de 2025


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